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¿Quién pensaría que como clausura del Bicentenario del Prado íbamos a tener este espectáculo al aire libre? Fueron tres días de pases nocturnos, con una duración de 30 minutos.

Refracción. La banda sonora creada para este evento por Olivier Arson estaba sincronizada con las imágenes -videomaping- que se proyectaban en la fachada de Goya. Comienza el acto: como intérpretes contamos con un cuarteto de cuerda y tres flautistas situados en la parte superior de la portada. La luz nos sumerge en la obra.

A nuestra espalda, los rayos láser nos hacen mirar al Hotel Ritz; la noche es oscura, y la luna llena hace más espectacular el paisaje visual. Los juegos de luces y dibujos electrónicos tienen una fuerza y ritmo trepidantes; vuelves la cabeza y simultáneamente, en la fachada de Goya proyectan de la colección del Prado: alegorías, paisajes, temas mitológicos, retratos de mujeres, niños, fundidos en la mirada llena de entusiasmo del que mira. Fin.

Al minuto comienza la obra de Canogar. ¿Qué habrá hecho? Siento gran sintonía con su obra.

Amalgama es un video creado a partir de las colecciones del Prado. En el video se ven las imágenes deformadas a través de un algoritmo que las transforma en otras más retorcidas, estiradas, siniestras, inimaginables en las obras de los pintores. No en vano la “Lechera de Burdeos” de Goya, cuando la ves plasmada de forma abombada, hace pensar y sonreír. De momento me quedo con la original. No deja de ser un momento de ficción. Los flácidos músculos de la cara se destensan. ¡Qué bueno es el Prado! Comento hacia adentro. Las fotos: ¡¡ difíciles ¡¡ poca luz, menos velocidad, más ISO… Sólo sombras de gente. El foco cambia contantemente y, además, pasé ¡¡ un frio tremendo! La Clausura fue un deleite de los sentidos y quisiera volver a verla más veces. Reinterpretar las obras, y apropiarme de ellas no es fácil. La misión estética para el gran público está cumplida, ahora visitarlo más hasta ser cómplices de los personajes de cada obra.